El pasado viernes 6 de noviembre tuvimos la oportunidad de dinamizar una jornada de formación para emprendedores, promovida por Bilbao Ekintza en el Mercado del Ensanche. La jornada se titulaba «El espacio físico en tu negocio» pero nos pareció oportuno añadirle un subtitulo, quizás más real y significativo «Las apariencias engañan«.A lo largo de la mañana fuimos analizando y definiendo distintos aspectos que es necesario tener en cuenta a la hora de poder elegir el local más adecuado para el desarrollo de cada unas de las actividades empresariales. El punto de partida no era otro que el del propio plan de negocio de cada uno de los asistentes, a partir de ahí fuimos trabajando los siguientes conceptos:

  • Qué quiero hacer: definiendo las necesidades espaciales según cada actividad para encontrar el local deseado.
  • Qué me dejan hacer: contrastando todo lo anterior con la normativa de aplicación en cada caso.
  • Qué puedo hacer: haciendo una estimación de costes y plazos en función de las obras necesarias en cada local.
  • Cómo hacerlo bien: trasladando la imagen corporativa y de marca al propio local.

Pudimos aportar no solo nuestros conocimientos más bien técnicos sobre las distintas cuestiones sino ejemplos reales a partir de nuestra experiencia trabajando mano a mano con otros emprendedores que ya han hecho de sus propios negocios una realidad.

La segunda parte de la mañana la dedicamos a trabajar, con cada uno de los 12 emprendedores que asistieron a la jornada, en su propia idea empresarial y en descubrir aquellas cuestiones que tienen que tener en cuenta en esa búsqueda del local viable.

Y al final, confiamos en que todos se fueran con la idea clara de que las cosas no siempre son lo que parecen, hay múltiples aspectos relacionados con la elección acertada del local, ubicación, normativa urbanística, criterios de protección civil, condiciones higiénico-sanitarias, costes y plazos de obra, etc que hacen que algo aparentemente sencillo y lógico sea inviable o incluso todo lo contrario.

Es importante tener claras estas cuestiones básicas, pero siempre es bueno contar además con un profesional que se adapte a las necesidades concretas de cada uno. De este modo se pueden optimizar los recursos de los que se dispone y no sólo hablamos de dinero, sino también de tiempo, ilusión, energías, ganas… y eso es lo más importante a la hora de poner en marcha un nuevo negocio.