Desde hace tiempo estamos oyendo hablar del BIA, Bilbao Bizkaia Architecture, como plataforma para la difusión y promoción de la arquitectura vizcaína y el Urban Regerantion Forum (http://biaforum.org/) como encuentro internacional de la arquitectura y el urbanismo de vanguardia. Se trata de una iniciativa del Colegio de Arquitectos para dar a conocer el trabajo de los arquitectos vizcaínos y poner en valor su labor en la regeneración del territorio y por ende en la sociedad, un concepto quizás un poco eclipsado por los tiempos que estamos viviendo.
Más allá del resultado de todas estas intenciones e iniciativas veíamos que era una oportunidad de unirnos como colectivo y reflexionar sobre el futuro y la dirección que debe tomar nuestra profesión a partir de ahora. ¿Cómo no querer formar parte de esto?
Desde el origen de mapa hemos reflexionado sobre estas cuestiones, y quizás nuestro punto fuerte, aunque parezca contradictorio, sea nuestra reciente experiencia en el sector que nos permite tener una visión un poco más idealista e ilusionante en este panorama un tanto gris. Creemos firmemente que los arquitectos tenemos algo esencial que aportar a esta sociedad y que somos una pieza fundamental dentro del proceso de cambio que se tiene que producir; y la esencia de dicho cambio reside en la propia concepción de nuestro trabajo. El BIA además de brindarnos la oportunidad de pararnos a pensar sobre ello, permite iniciar un diálogo con la ciudad y sus habitantes para que todos podamos avanzar en la misma dirección.
Otro de los aciertos del BIA es que se creía que la propia organización del Forum de Arquitectura tenía que partir de los propios colegiados, ya que se trataba de un acto por y para ellos. Este hecho nos brindó la oportunidad de implicarnos de una forma más directa en la preparación de alguna de las actividades previstas para dicha ocasión. De esta manera empezamos a trabajar junto con Víctor Ugarte del Valle en el comisariado de la exposición de arquitectura (Diálogos. Arquitectura vizcaína del siglo XXI).
Cuando comenzamos con los preparativos de esta exposición no imaginábamos lo que en realidad iba a suponer. Sabíamos que iba a implicar mucho trabajo y que viendo las fechas en las que nos movíamos iba a ser un proceso complicado en algunos momentos. Es difícil acotar una exposición de arquitectura cuando hay tantas cosas que se quieren contar y dar a conocer, sobre todo cuando es la primera que se hace desde 1993 («Arquitecturas para Bilbao» en el museo de Bellas Artes), pero para esta primera iniciativa parecíamos tener claro que el principal objetivo tenía que ser el de mostrar la calidad de las obras de los arquitectos locales dentro de nuestro territorio. Hay que tener en cuenta que siempre hemos considerado que este era el comienzo de una iniciativa que tenía que continuar a lo largo del tiempo y que en futuras exposiciones se podrían elegir otros temas: arquitecturas no construidas, obras fuera de nuestro territorio, colaboraciones con otros profesionales… pero siempre teniendo como protagonistas a los arquitectos vizcaínos.
Uno de los retos a los que nos enfrentábamos era el de hacer una exposición para todos los públicos. Los paneles están protagonizados por una imagen principal del edificio y acompañada de otras fotografías y un espacio con un croquis y lo que nosotros denominábamos «diálogo» en el que se explica la idea y origen del propio proyecto. Por otro lado, nos parecía fundamental, además de identificar a los autores de las obras, ponerles cara; era el momento de salir a la calle y presentarse a la sociedad. Y por último, sin olvidarnos que se trataba de una exposición de arquitectura, aparece en todos los proyectos una banda de color inferior de carácter más técnico que complementa el resto de la información y ayuda a comprender el edificio en todos sus aspectos.
Desde el primer momento veíamos necesario involucrar a los arquitectos autores de la selección de proyectos, ellos eran los auténticos protagonistas y al fin y al cabo queríamos contar sus proyectos. La verdad es que estamos agradecidos de la respuesta e implicación de todos ellos, ya que de otro modo no se habría podido alcanzar el resultado obtenido.
Durante unos meses nuestra oficina se ha convertido en un campo de pruebas, con una reproducción del panel a tamaño real en el que ir componiendo, probando, experimentando… pruebas de impresión, fotografías y documentación de todos los proyectos por todas las esquinas… Unos meses también de visitas a los estudios y a los propios edificios, llamadas, e-mails, pruebas, correcciones… pero al final, viendo el resultado expuesto en cada boca del metro estamos convencidos de que todo ha merecido la pena.
Confiamos en que la ilusión y el esfuerzo empleados por todos los intervinientes en la creación de esta exposición sirva para cumplir los objetivos de la misma y ayude a visibilizar y acercar la figura del arquitecto vizcaíno a su propio territorio.
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