Como ya detectábamos hace unos meses en un artículo anterior, es recomendable contar con un profesional a la hora de llevar a cabo la reforma de una vivienda aunque no es lo habitual, porque nadie nos obliga a ello y parece que va a ser gastar un dinero en algo que a simple vista lo puede hacer cualquiera. (Arquitectura de andar por casa)
Ante este panorama nosotros tenemos claro lo que ofrecemos, porque estamos convencidos de que a la larga merece la pena. A nosotros nos gusta hablar claro desde el principio, informar al cliente de lo que está por venir y ofrecernos en todo aquello que puede serle de interés, y todo esto lo hacemos a través de nuestra hoja de ruta (ejemplo de hoja de ruta) en el primer encuentro con el cliente una vez que ya nos ha expuesto sus necesidades y circunstancias.
En la hoja de ruta se definen:
– Todas las fases del proyecto y lo que está incluido en cada una de ellas.
– La duración de cada una de las fases y el lugar donde se llevarían a cabo.
– Las distintas alternativas de itinerario posibles en función del proyecto y los requisitos del mismo.
– El presupuesto y los hitos de pago.
Cada hoja de ruta es particular y adecuada a cada proyecto y sus circunstancias, se presenta como fases independientes pudiendo llegar a realizar las que el cliente necesite sin ningún tipo de compromiso.
Todas las hojas de ruta, mantienen una primera fase común a todas ellas. Es la parte a la que normalmente se le da menos importancia, porque a veces parece innecesaria, pero para nosotros es la parte fundamental de todo el proyecto, es lo que se suele conocer como Anteproyecto que realmente es la fase en la que se definen los cimientos de todo lo que esta por venir. Merece la pena detenernos un momento a ver el funcionamiento de esta fase:
– En la primera toma de contacto el cliente expone sus necesidades y los motivos por los que ha decidido ponerse en contacto con nosotros. Es cuando nos cuenta las características del piso a reformar, las ideas que tiene para el mismo… Nosotros antes de profundizar en el proyecto le exponemos la hoja de ruta y la manera que tenemos nosotros de trabajar. Una vez aceptada esta parte podemos empezar a trabajar.
– Se realiza una visita al inmueble a reformar para realizar la toma de datos más bien objetivos del mismo: mediciones, estado y situación de las instalaciones, posibles patologías, materiales existentes..
– Se establece un diálogo con el cliente para ver sus necesidades y requisitos. En este punto es cuando el cliente suele venir con un plano dibujado a mano con la reforma que quiere hacer. Nosotros intentamos ver un poco más allá y no quedarnos con el dibujo que ha realizado el cliente, sino con lo que en realidad está manifestando que quiere conseguir con la representación de esos trazos. En la conversación intentamos ahondar en los problemas que ve en la vivienda, en lo que le gustaría obtener, en el orden de prioridades y grado de importancia de cada uno de ellos. Porque normalmente el plano representa la forma que al cliente se le ha ocurrido para la consecución de dichos deseos, aunque por regla general no suele ser la única. Para eso estamos nosotros, para darle una vuelta al proyecto y poder plantear distintas alternativas.
– Una vez realizado el proceso de diseño de las distintas alternativas para el proyecto se queda con el cliente de nuevo para la presentación de las propuestas. La idea no es que elija en ese momento ninguna de las alternativas, sino que a partir de ellas se establezca un nuevo diálogo para afinar un poco más sobre los deseos del cliente, normalmente se presentan alternativas diferentes entres sí, una de ellas siempre recogiendo ese plano inicial con el que llegaba el cliente a la oficina, y a partir de ahí varias alternativas, algunas de ellas más conservadoras y otras no tanto. A partir de lo que hablado en esa reunión el cliente puede reflexionar sobre lo que le gusta más de una de y de otra y a partir de ahí nosotros podemos trabajar en la propuesta definitiva.
– La última parte de esta fase sería la presentación de la propuesta definitiva. Lo cierto es que esta fase puede tener varios proceso dentro de la misma, ya que en caso de ser necesario se realizarían los ajustes precisos hasta que el cliente esté contento con el resultado final.
Una vez terminado este proceso se puede empezar a dar forma a las ideas del cliente y a generar la documentación necesaria para la obtención de las licencias y permisos necesarios. A partir de este momento pueden comenzar las siguientes fases.
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